Pide la carta de vinos y conquístalo...

¡¡¡Buenos días mundo!!!

¿Qué tal? Hoy empezamos una mini-semana para algunos, con lo cual tendremos tiempo para salir a cenar con nuestras amigas, con tu chico, o tal vez esa cita que llevabas esperando desde hace tanto tiempo.

¿Qué van a tomar?, ¿Te apetece una copa de vino?, ¡Disculpe! ¿nos podría traer la carta de vinos?, son preguntas típicas cuando salimos a cenar, en la mayoría de las ocasiones, nos dedicamos a decir un Rioja o un Blanco, sin pararnos a especificar que tipo de Rioja o que tipo de Blanco. Tampoco nos paramos a pensar si vamos a tomar carne o pescado que tipo de vino sería el más idóneo.

Pues bien, vuestra Rubia que piensa en todo, hoy os va a desvelar el secreto de cuales son sus preferencias en cuanto a vinos, y si queréis pues para la próxima, pedís la carta de vinos y probáis alguno de ellos y quedáis como auténticas diosas. Os puedo asegurar que después de saborear estos vinos, con esa textura, les dejaréis totalmente anonadados.

Yo soy muy selecta y solo tengo dos Riojas D.O favoritos y un Blanco, siempre me veréis pedir lo mismo los que compartáis mesa conmigo. Comenzaré por los Riojas y para finalizar con el Blanco. ¡Allá vamos, a descubrir mi secreto!

FLOR DE PINGUS 2006

El más seductor e irresistible. Picota. Golosa nariz de notas de pastelería (toffee, bombón, chocolate blanco) y ciruela perfectamente madura. Voluptuoso y aterciopelado en boca en un delicioso juego de texturas. Este año empezaron a utilizarse en las bodegas del Dominio de Pingus las temperaturas más bajas en fermentación.

VEGA SICILIA "ÚNICO" 2002

Cereza con ribetes rubí. Si algo identifica la añada de 2002 es su delicadeza. Nariz discreta donde se entremezclan aromas a ebanistería, fruta salvaje del tipo arándanos o grosellas y notas mentoladas de tabaco ingles. Ataque pleno, paso de boca fino y elegante con un fin de boca persistente a nivel aromático. Único en toda su expresión y aspecto en cuanto a discreción, elegancia y complejidad.

MUGA (Blanco)

Aromas que nos hablan de su ligera crianza en roble, que envuelven de vainillas; un blanco muy vivo, impoluto, que a copa parada se llena de cítricos, peras, fruta blanca, de sus corazones. De frescura, de esa frescura que persiste en la boca, de esos cítricos que viven, de esa pasión que transmiten todos sus elementos. Un blanco mágico, muy frutal.

Bueno pues esto es todo por hoy, ya me contaréis vuestra experiencia con mis vinos fetiches. ¡Hasta la próxima!